7 ene 2013

El monstruo y la culpa. Un ángel y su bondad.


Había llegado el final
y ahora la esperanza vuelve a brillar,
esperanza que no sabe si es real.

Tras oscuros muros se consiguió encerrar
pero los recuerdos del pasado echaron a volar,
por algún motivo algo volvió a empezar.

Hizo daño mortal, se quiso castigar.
Todo cuanto intentó salió mal
y él mismo se fue a desterrar.

Palabras de odio le fue a dedicar
quien ahogó en el mar,
en el mar de querer continuar
con algo que los iba a enterrar.

Todo acabó, vio sus lágrimas brotar,
y al ser amado vio querer escapar,
se había convertido en un monstruo que hacía vomitar.

Pasó el tiempo que tiñó de dolor su caminar,
se aferró a todo lo que lo pudiera matar
y creyó por un instante la pena superar.

La calma había parecido llegar
y con la culpa aprendió a cargar,
pero su ángel quiso hablar.

Y un día, noticias le hizo llegar
lo mejor le quiso desear
y su amabilidad le fue a brindar.

Amabilidad que lo consiguió desarmar,
dulces palabras que no merece escuchar,
dulce bondad para quien debe olvidar.

El monstruo aún llora al pasado recordar,
llora al recordar el pesar de su mirar
llora al recordar a su ángel queriendo gritar.

¿No ve con lo que le hizo arrastrar?
¿No ve el dolor que le fue a provocar?
¿Cómo lo podría algún día perdonar?

Ángel, deja a su corazón pudrirse,
Ángel, deja a su alma hundirse,
Ángel, deja a su mente culparse.

No debes más palabras gastar,
en su interior sólo mal vas a encontrar,
no es digno para tu mano agarrar.

By:Deep_Within

2 ene 2013

Palabras, pólvora mojada...


Palabras, unidades con significado o al menos con algún tipo de carga significativa. Forjadas a través de los siglos y en cada momento con una forma distinta para ser capaces de explicar los pensamientos y los hechos de cada época, en definitiva para explicar marcos históricos, sociales y personales. Hechas para expresar ideas, pensamientos, sentimientos, para lo cual se quedan cortas...
Tantas y tantas palabras, que a la hora de la verdad de nada sirven, a veces es como si ninguna tuviese la carga necesaria para explicar lo que se siente, para verbalizar de manera inteligible un pensamiento o un sentimiento, a veces parecen simplemente, cartuchos a los que no se les ha puesto pólvora suficiente y por lo tanto no aciertan nunca a su objetivo.
Pero no es justo culpar sólo a las palabras de la lengua que hablamos cuando no podemos sacar a la luz lo que sentimos, la culpa quizá se halle más bien en nuestra cabeza, en nuestra mente, donde a veces se amontonan cientos de ideas, de pensamientos, de esos sentimientos que nos envenenan, de todas esas cosas que no entendemos y que por algún motivo no conseguimos echarlas fuera de nosotros porque no sabemos  cómo explicar lo que vive dentro de nosotros.
Pero puede ser que quizá, tampoco sepamos expresar lo que llevamos dentro, porque tampoco tenemos un oído que nos quiera escuchar, escuchar que no oír. Por habar se puede hablar de muchas cosas, oírse se pueden oír muchas cosas y muchas personas te pueden oír, pero escuchar es algo mucho más concreto, escuchar sólo lo puede hacer alguien concreto, alguien que de verdad entienda las palabras que con nuestros labios pronunciamos de manera pura, sin añadirle más significado que el que tienen, que las interprete tal y como son sin buscarle punto oscuro alguno, porque al final, no se escucha a los labios, sino al alma, los labios son sólo las puertas por las que el alma grita sus sentimientos. De ahí que sea tan importante escuchar lo que dice tal y como es, porque no hay nada más sincero que las palabras del alma.
El alma sabe cuándo es escuchado o no y por quien quiere ser o no escuchada, el alma elige a su confidente, que no tiene porqué ser en absoluto un amigo. Un confidente es ese ser concreto y puro que recibe las palabras del alma en su sentido simple, sin añadirle nada que las altere, las entiende tal y como son  las ama por ser lo que son, un confidente es ese que escucha, no que oye. Un confidente es ese que aconseja con sinceridad, porque tiene la experiencia necesaria que lo hace entender a la perfección lo que otra alma le cuenta, pero sobre todo un confidente es un alma afín a la nuestra, sólo cuando dos almas son afines se escuchan, las demás sólo se oyen, y en los oídos de los que sólo oyen, las palabras del alma no son más que susurros que se lleva el viento al jardín mustio y frío del olvido.
Cuando no se tiene un confidente, las palabras son pólvora mojada, los labios pistola sin gatillo y el alma cañón sin balas, y entonces, el alma se cierra, y es cuando en la mente se amontonan los pensamientos, los sentimientos, las ideas, porque no tienen dónde ir, no tienen a esa otra alma afín que los guarde y una vez nos acostumbramos a estar cerrados, perdemos la llave, la llave del candado que por comodidad y protección la mente le pone al alma, pues de alguna manera esta es su guardián, con el tiempo, va haciendo otra llave nueva, que termina por entregar al alma, para que esta se la dé a quien elija por confidente, pero el  tiempo de creación de la llave es lento, en realidad la llave y ese tiempo, no son más que placebos para el alma, lo que en realidad hace la mente es esperar a que cicatricen las heridas y que se calme la agonía del alma, a que se calle su dolor, a que se sequen sus lágrimas. En definitiva espera a que se acabe el dolor provocado por la experiencia, para que el alma se llene de palabras con significado para regalárselas a su confidente cuando esta lo encuentre. 

Deep_Within

29 dic 2012

Misantropia


En estos momentos me ha dado por pensar en muchas cosas, aparte de en lo típico como pueden ser los sentimientos en los que nos vemos envueltos a estas edades. Pero creo que el momento en el que vivimos hace necesario en pensar en mucho más, sobre todo en mucho más que no sea nosotros mismos. 
En estas fechas de navidad, aunque no nos gusten determinadas reuniones familiares, porque siempre está el típico tío o la típica tía a los que no quieres ver porque sabes que son unos falsos y que hacen el papelón en dichas reuniones, pero aún así tenemos un lugar al que ir, y sobre todo un techo y una mesa repleta de comida y sino que me lo digan a mí que tengo un señor empacho.
Ahora pienso en todos aquellos que no tienen nada de eso, en personas que han perdido a seres queridos que ya no volverán jamás o en aquellos que no tienen nada, ni casa ni mucho menos recursos para permitirse no sólo una cena de navidad, sino que no pueden permitirse una comida el día a día.
Vivimos envueltos nos guste o no, en una sociedad capitalista aunque nuestros ideales en absoluto sean afines con ella.
En una sociedad en la que se comercia con todo, y me digo a mí misma:"¿cómo se puede comerciar con cosas como la vivienda o cómo la comida?" ya que son cosas que todo ser humano necesita para vivir y realizarse.
Se me vienen a la cabeza millones de escenas trágicas, algunas que he visto, experiencias que se me han contado y me vuelvo a decir a mí misma:"¿Cómo podemos llorar por algo como el amor?" cuando hay gente que se está muriendo, cuando hay tanta gente muerta que ya jamás regalaran sonrisas a quienes tanto las necesitan.
Prefiero pensar que no somos egoístas, y que cada uno llora las penas que le llegan, pero a la vez me pregunto hacia dónde va este mundo, este mundo que nos arranca de los brazos de todo lo que amamos, de todo lo que necesitamos y nos deja en manos de algo tan frío y deshumanizado como es el dinero.
Se tiene al capitalismo como la mejor opción de todas, y así se lo tiene porque es mucho el beneficio que reporta a unos pocos, pero ¿de verdad se puede comerciar con cosas que son determinantes para la existencia de los seres humanos? ¿De verdad se puede jugar así con la vida de las personas sólo por ver crecer una cuenta en un banco?
No sé, sé que es algo utópico, pero no creo que se deba pagar por algo como una casa, sé que implica mucha mano de obra y que a nadie le gusta trabajar gratis de sol a sol poniendo ladrillos, pero ¿no se pueden sacrificar unos pocos por darle calor a muchos? cuantos no habrá ahora tirados en las calles sin tener ni dónde caerse muertos, cuantos no estarán ahora llorando porque no tienen nada, porque ven a sus hijos sin nada que llevarse a la boca, sin nada con lo que abrigarse.
¿Porqué es tan cruel el mundo? ¿porqué simplemente no nos damos cuenta de que tenemos que trabajar todos para todos, porque todos somos humanos,? ¿porqué importa más el vil metal que la propia vida? y sobre todo, ¿Porqué es el ser humano tan poco humano con él mismo?
Siempre me he definido como misantropa, porque no entiendo porqué nosotros mismos nos mutilamos entre nosotros, pero en realidad, más que ser yo misántropa, creo que el ser humano es misátropo por naturaleza, porque sino como se explica esta sociedad, el capitalismo no es sólo un sistema clasista, sino también misántropo, implica el odio hacia el que tiene más que tú, y el odio de todos los que no tienen nada hacia los que tienen, porque ellos también quieren tener, el capitalismo no sólo hace una diferencia de clases con respecto a los que tienen más o menos, sino que nos vuelve bestias, nos deshumaniza, nos convierte en marionetas de algo que ni siquiera es humano, y no sólo humano, sino de algo que si siquiera está vivo, nos hace esclavos del dinero, de todo en lo que en bonitas tiendas se puede comprar.
Pero a la larga, nos terminamos dando cuenta de que no sólo nos hace ser crueles con otros, sino con nosotros mismos, porque se convierte en el único objetivo en nuestra vida, estudiamos para poder trabajar y ganar un buen sueldo, incluso eso desvirtúa el dinero, todo lo intelectual lo desvirtúa, porque ya no se estudia para educar al alma, para llenar la mente con conocimientos que nos eleven sobre nuestros errores, sino que se estudia para ganar dinero.
Y eso, ¿no os hace que os deis asco?, porque yo en este momento me doy asco, me avergüenzo de la raza humana, me avergüenzo de mí y de todos los que me rodean, somos patéticos, atados con cadenas de oro, egoístas, insensibles amasijos de piel y huesos luchando por vivir en nuestras pequeñas burbujas mientras otros ya ni siquiera pueden respirar.

2 dic 2012

Quien se creyó león...


Fumar hasta quemar la habitación,
beber hasta destrozar el riñón,
tensar la cuerda al cuello de un tirón,
sentir congelada la respiración,
y un parón en el corazón.

Cuerpo muerto en la habitación,
en el suelo tirado como un bufón,
es ahora en el cepo de la muerte ratón
quien en vida se creyó león. 

By:Deep_Within

14 nov 2012

θάλασσα της θλίψης (Mar de Dolor)



Un sólo momento, un último grito,
corazón alterado, un último suspiro,
cuerpo rígido, ya el último aliento.

Mar negro, mar enfurecido,
mar que es ahora el hogar del caído,
mar que acoges ahora al ahogado.

Corriente violenta, olas hambrientas,
un alma sedienta, de muerte sedienta,
entre vuestro voraz apetito despierta.

Se arrojó a un mar de azul intenso,
las fuerzas marinas en las que estaba inmerso
su cuerpo destrozaban con la fragilidad de un beso.

Morir se veía, por cuerdas de agua atado,
de pies y manos atado, y el cuello rodeado,
en prisión de agua salada se había encerrado.

Sin miedo, sin dolor,
sin ningún temor,
en sus ojos resolución.

Falta de aire, perdida de color,
en el corazón sopor,
se disipan sus latidos como el vapor.


No hay sentido, no hay camino,
se cansó de ser marioneta del tiempo,
y acabó, su vida al frío mar entregó.

A un mar tan profundo y frío
como su amor, como ese amor
que a la locura lo llevó.

Su cabeza nubló, sus oídos ensordeció,
su ánimo secó y su voluntad de vivir anuló,
como ese amor, que lo mató.

By:Deep_Within

11 nov 2012

La soledad contempla el acto



Miras por la ventana, el cristal está mojado,
por cientos de gotas de lluvia es recorrido,
y por un color húmedo y frío está pintado.
No se puede ver a través del él, estás como atrapado.

Escuchas al viento rugir, la cuerda de la persiana en movimiento
es lo único que te deja saber que en el mundo exterior hay aliento,
aliento gélido de invierno, aliento gélido que congela el pensamiento,
aliento gélido que penetra cual serpiente hasta el último hueso.

El cielo gris, el aire gris, el ambiente gris, todo de gris manchado,
los ojos cansados, los dedos cansados y las lágrimas brotando
de esos ojos que han sido vaciados, de esos ojos desdichados,
de esos ojos que a leer el mismo libro han sido condenados.

Sin descanso, una otra vez se repite el acto,
como en una eterna obra de teatro,
sin descanso, una y otra vez el mismo papel
ha de ser por el actor representado.

De gris el marco, de gris el escenario, de gris como el cielo,
De gris la respiración, de gris los lamentos, de gris como un suspiro
De gris el guión, de gris la interpretación, de gris como un cuchillo.
De gris el corazón, de gris la razón, de gris como el viento de invierno.

Ha comenzado la función en la solitaria habitación,
junto al cristal que la lluvia va como cortando,
con ese viento como fondo montando escándalo,
y con la soledad como único asistente al espectáculo.

By:Deep_Within

3 nov 2012

De un gris inerte


Vagar en un mundo de corazones rotos,
de corazones solos, de corazones muertos.
Dónde las lágrimas llenan los ríos
y el aire está hecho de suspiros.

Vagar en un mundo de labios fríos,
de labios sordos, de labios mudos.
Dónde los besos son venenosos
y las canciones están hechas de silencios.

Vagar en un mundo de ojos ciegos,
de ojos nublados, de ojos desolados.
Dónde las miradas son mortales rayos
y los paisajes están de cementerios llenos.

Vagar en un mundo de muerte,
teñido por un gris inerte.
Dónde los muertos tienen suerte
y la vida en polvo desea convertirte.

By:Deep_Wtihin